sábado, 26 de mayo de 2007

Dime, ¿teméis a la muerte?

Por fín podemos disfrutar de inmensas colas y de dolor de cuello porque ya está aquí la ultima entrega de la gran trilogía.
Así deberían promocionar Piartas del Caribe.

Ayer después de recorrerme dos cines conseguimos un par de míseras entradas laterales en la fila seis, pero debo reconocer que valió la pena.

Unas dos horas y media sentada que me parecieron apenas una. Desde la primera imagen un tanto confusa te sumerges en lo que vendrá después. El capitán Barbosa acompañado de la preciosa Elizabeth Swan intengran a un nuevo personaje, un capitán chino que dará bastante juego. Al tratar de reunir lo necesario para ir en busca del condenado Jack Sparrow, se ven envueltos en una gran pelea, en el que para mí la figura destacada es el mono de Barbosa, con su habilidad para lanzar cohetes.
Al acabar con un principio de trabajadísimos efectos especiales, te adentras en el mundo de
Davy Jones, donde nuestro amigo Jack alucina con sus dobles.
La traición sigue siendo el tema por excelencia. Mientras Elizabeth sigue ocultando que fue la causante de la 'muerte' de Sparrow, Will hace todo lo que está en su mano para liberar a su padre. La meta del capitán Barbosa es liberar a la diosa Calipso para que los ayude y el Jack de siempre contempla la posibilidad de convertirse en el capitán del Holandes Herrante para ser inmortal.
Cada personaje desarrolla su cometido como se esperaba, incluyendo la aparación de papá Sparrow al que da vida un trasformadísimo Mick Jagger.
La chispa humorística viene a cargo del de siempre, los efectos especiales... (espero que en febrero se lleven el oscar). Un final apasionante que me deja muchas dudas sobre cual es mi favorita de las tres.

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